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Icono de Jesucristo El Buen Samaritano, icono ortodoxo griego hecho a mano de nuestro Señor, arte bizantino para colgar en la pared sobre una placa de madera, decoración religiosa

Icono de Jesucristo El Buen Samaritano, icono ortodoxo griego hecho a mano de nuestro Señor, arte bizantino para colgar en la pared sobre una placa de madera, decoración religiosa

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Este ícono bizantino, una litografía con doble capa de barniz para garantizar colores vivos e impermeabilidad, representa a Jesucristo como el Buen Samaritano. Es una obra de arte inspirada en Dios, que se basa en la técnica atoniana, lo que le otorga un valor religioso y estético único. La vívida representación de Jesucristo, el único vencedor real de la muerte, se presenta de forma estricta pero justa. Con su sacrificio cruciforme, venció la muerte y el pecado y trajo al mundo la luz y la vida. «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá», dice Jesús. Según el cristianismo, Jesús es la fuente misma de la vida, tanto física como eterna.


"El Buen Samaritano" redirige aquí. Para otros usos, véase El Buen Samaritano (desambiguación).


El buen samaritano de Jacob Jordaens, c. 1616

La parábola del Buen Samaritano es narrada por Jesús en el Evangelio de Lucas [Lc 10,25-37]. Trata sobre un viajero que fue despojado de su ropa, golpeado y abandonado medio muerto junto al camino. Primero pasaron un sacerdote judío y luego un levita, pero ambos evitaron al hombre. Finalmente, un samaritano se topó con el viajero. Samaritanos y judíos se despreciaban mutuamente, pero el samaritano ayudó al hombre herido. Se describe a Jesús contando la parábola en respuesta a la pregunta de un abogado: "¿Y quién es mi prójimo?". La conclusión es que el prójimo en la parábola es quien muestra misericordia al prójimo herido: es decir, el samaritano.


Algunos cristianos, como Agustín, han interpretado la parábola alegóricamente, con el samaritano representando a Jesucristo, quien salva el alma pecadora.[1] Otros, sin embargo, descartan esta alegoría por no tener relación con el significado original de la parábola[1] y ven la parábola como un ejemplo de la ética de Jesús.[2]


La parábola ha inspirado la pintura, la escultura, la sátira, la poesía, la fotografía y el cine. La frase "Buen Samaritano", que significa alguien que ayuda a un extraño, deriva de esta parábola y...

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Santiago 4:8 (NTV) dice: «Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen sus corazones, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo».

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